![]() |
José Venturelli. Mujer y niño. 1988 |
Puede ser exceso de optimismo, pero da la impresión de que
está empezando una coyuntura en que es posible reivindicarse de tanta
postergación. Por muchos motivos. Pero fundamentalmente dos. El primero y más
evidente son los cambios políticos a nivel doméstico, por llamarlos de algún
modo. El tema es más amplio y más profundo que la posibilidad que contiene el
que por primera vez desde que se acabó la dictadura, la izquierda histórica
encabece una opción presidencial incluso con posibilidades de ganar.
Eso entre comillas. Incluso esa posibilidad es
secundaria, aunque se diera. Por el momento, la candidatura de
Jeannette Jara no es todavía un movimiento. Así como están las cosas, la
primaria podría interpretarse no más que como una encuesta grande y las
elecciones de noviembre podrían serlo también. Es como si el programa de las
diversas candidaturas tanto a la presidencia como al parlamento, fuera
secundario o en el peor de los casos estuvieran vacías de contenido o el
contenido que tienen no alcanzara como para conformar un Sujeto o lo que
entendemos desde hace como doscientos años, por tal.
Lo que prima es un sentimentalismo superficial muy difícil
de explicar y al cual dar dirección. Por eso los comportamientos sociales o de
las masas son tan impredecibles.
Entonces, uno se pregunta ¿Cómo explicar el resultado de la
primaria? Según análisis superficiales y en muchos casos, tendenciosos y
de un anticomunismo sibilino, por la capacidad de los partidos. Pero según
todos los análisis y los estudios de opinión pública, los partidos son débiles,
tienen escaso poder de convocatoria y legitimidad. En un porcentaje mínimo,
efectivamente las máquinas partidarias funcionaron y podrían haber tenido
alguna incidencia por muchos esfuerzos que hayan hecho y loables que hayan
sido.
Lo que realmente se manifestó en la primaria oficialista y
lo sigue haciendo en las encuestas, es un estado de ánimo de las masas, de
cansancio, de molestia y que se identificó con Jeanette Jara porque como muchos
señalan también, el pueblo se vio en ella. Contra eso, Carolina Tohá ni
ninguno de los nostálgicos del centro y la política de los acuerdos, podía
hacer mucho más, porque el “liberalismo social”, “la tercera vía” o “la medida
de lo posible” tienen ninguna conexión con la realidad, y quedaron en evidencia
como lo que son: pura ideología.
Sin embargo, ese estado de ánimo, esa emoción, así como un
día está acá, al otro está allá. Todo el mundo dijo el 18 de octubre:
"no lo vieron venir". La situación política es, sigue siendo,
volátil. Efectivamente hay condiciones, condiciones excelentes para construir y
avanzar mucho más que en cualquier otra oportunidad, partiendo por la
candidatura de Jeannette Jara y el enorme nivel de respaldo que concita, tanto
social como políticamente.
En segundo lugar, habría que agregar la crisis que
aparentemente le está estallando en la cara a la ultraderecha republicana y las
dificultades de sus epígonos y seguidores en América Latina para consolidarse
como alternativa en el largo plazo. Las bravuconadas de Trump han fortalecido a
Lula y también a Claudia Scheinbaum y no concuerdan con la
demagogia “libertaria” de Milei o de Kast –que fue el único político chileno
que lo felicitó por las alzas de aranceles-. Han tenido, además, una respuesta
sobria pero contundente del gobierno chino, que lo tienen dando una
demostración de comportamiento errático en política internacional y sin logros
que exhibir en política interna, que prometía antes de asumir podría resolver
al día siguiente de hacerlo.
Todo un inesperado cambio, aparentemente. Este
cambio -coyuntural o de largo plazo- puede implicar cambios también en el
elenco. Si como presumen cientistas sociales, periodistas e historiadores de
diverso signo ideológico, los partidos están tan debilitados y sus relaciones
con la sociedad tan fracturados, es posible que haya un relevo de estos.
También la formación de un nuevo sindicalismo, por ejemplo. De algún nuevo tipo
de movimiento social, otros partidos o una nueva alianza de partidos que se
haga cargo de esto. La reciente decisión de la Junta Nacional del PDC es una
muestra de esto tal vez.
Para la izquierda representada por el PCCH, Acción Humanista
y el FA, que fue el núcleo de la candidatura del Presidente Boric, la urgencia
de fortalecer su unidad política, programática y social, desde territorios,
organismos sociales y de masas; luchas por la democracia, contra las
exclusiones de diverso signo y la justicia social que convoquen, como de hecho
ha sido, a otros a fortalecer la unidad del pueblo.