viernes, 29 de agosto de 2025

¿Un fantasma recorre Chile?

Francisco Goya. Lo que puede un sastre. De la serie Los caprichos. 1797



En las últimas semanas, el Partido Comunista ha acaparado los titulares de diarios electrónicos, medios radiales y dentro de la pobreza de informaciones y debate que los caracteriza, también los noticiarios de televisión, nocturnos, matinales y de mediodía.

Fundamentalmente para referirse a las contradicciones que habría entre su directiva y su candidata; los partidos de su comando, sus parlamentarios y dirigentes y ex dirigentes. En los aburridos debates organizados por las cámaras empresariales, que prácticamente son unos besamanos -debates que no le dicen nada a ciudadanos y ciudadanas excepto a los dueños del capital, de las minas, los bancos, las AFP's, y las grandes tiendas- sin estar presentes, Jeanette Jara y el Partido Comunista han sido también protagonistas. 

Caso aparte es el espacio ocupado por el proceso al ex alcalde de Recoleta y actual candidato a diputado por el distrito 9, Daniel Jadue, por la Asociación Chilena de Farmacias Populares. Le sacan cuñas a uno que otro despistado para referirse a él, chambonadas que sólo demuestran -como en el caso de las diferencias al interior del comando de Jeannette Jara y sus miembros- la ansiedad por ocupar titulares, aparecer en los medios y no pasar desapercibido, aun cuando no sean una demostración de mucha inteligencia. En el caso de ciertas autoridades, especialmente las del poder judicial y el ministerio público, una coincidencia que raya con una sospechosa complicidad. 

Las alusiones al "octubrismo" -concepto popularizado por el viejo intelectual orgánico del empresariado JJ Brunner- se han multiplicado para referirse a la posibilidad de un riesgo presente, especialmente por la eventualidad de que lleguen al Parlamento luchadores de las épicas jornadas del 18 de octubre o que podrían  representar las demandas que las inspiraron y que se expresaron en la Convención Constitucional ahora en el Parlamento, como Elisa Loncón, Gustavo Gatica o Carlos Astudillo. 

Todo indica, la preocupación de la elite empresarial, política y cultural, de que las próximas elecciones sean una réplica tardía del levantamiento popular del 18 de octubre. Es el fantasma que les quita el sueño y por el cual movilizan toda la artillería mediática, política y judicial. Su candidato mejor aspectado, el ultraderechista José Antonio Kast, tiene incluso que salir a corregir declaraciones y los impopulares planteamientos contenidos en su programa. Ello en lo relacionado con los derechos de la mujer y el sistema previsional, sin considerar la suavización que tuvo que hacer de su programa en relación con lo que contenía en su anterior candidatura. 

El fantasma que recorre Chile, si bien es una especie de espantajo levantado por la derecha, los medios y el empresariado para asustar a chilenos y chilenas ante la posibilidad de un triunfo de Jeannette Jara en las próximas elecciones y de que la izquierda y los sectores auténticamente democráticos obtengan un resultado favorable en las parlamentarias, tiene fundamentos objetivos. Que estos se transformen efectivamente en una amenaza real y una fuerza suficiente para realizar los cambios que incluso son puestos en duda por quienes los han propuesto, de su capacidad de identificarse con las masas, éstas de moviizarse de todas las formas en las que su creatividad y autonomía les inspire, de la unidad de las fuerzas de izquierda y democráticos y su decisión de vencer. 



viernes, 22 de agosto de 2025

Reformar la educación para democratizar la sociedad


Rafael Sanzio. La escuela de Atenas 1510-1511


Con la elección de Jeanatte Jara en las próximas elecciones presidenciales y el triunfo de la amplia coalición democrática que la respalda en las parlamentarias, es posible completar las expectativas de igualdad, dignidad y participación del pueblo y amplias mayorías sociales y nacionales que se vienen desarrollando en los últimos años. 

Como casi siempre, fueron los y las jóvenes estudiantes, los que les abrieron el camino y no es casualidad que así haya sido siempre. Ello, porque es en el sistema educacional, precisamente, donde se expresan las contradicciones sociales, moduladas por la cultura como un campo de batalla donde se enfrentan concepciones de mundo y valores que proviniendo de las que se viven en la familia, el barrio, la etnia, la nacionalidad y la clase de origen, entran en conflicto con las que predominan en la sociedad y la escuela, el liceo y la universidad recrean.  

Las luchas del movimiento estudiantil, unidas a las que el magisterio venía sosteniendo desde la dictadura militar, han abierto el camino a reformas que progresivamente, desde el año 2006, han ido cambiando su fisonomía. Primero la derogación de la LOCE y su reemplazo por la LGE, que elimina los conceptos más retrógrados del marco regulatorio de la educación pública, herencia de la Doctrina de la Seguridad Nacional; reconoce las modalidades educativas y a la Comunidad Escolar y sus derechos; y cambia la composición del Consejo Nacional de Educación. 

Luego de las históricas jornadas del 2011, se obtiene la derogación definitiva de la Ley General de Universidades, promulgada por la Junta Militar en 1981. Esta ley impedía la elección democrática de los rectores y la participación triestamental en los órganos colegiados de gobierno universitario, lo que es modificado recién en el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet. 

Además, hizo posible la gratuidad de la educación superior y la eliminación del CAE, lo que se encuentra en su última fase de discusión legislativa por medio de la creación del FES, sistema de financiamiento de los estudios de pre grado que incluso favorecería a quienes no sean beneficiarios de la gratuidad y establece beneficios para los deudores del sistema antiguo. 

En el caso de la educación escolar, el legado del segundo gobierno de la Presidenta Bachelet, es la regulación del sistema particular subvencionado, hasta entonces verdadero mercado persa en el que se aplicaba a la perfección eso de "socialización de las pérdidas y privatización de las ganancias" a través del más chabacano lasaiz faire, oculto tras la aplicación de un concepto clasista de libertad de enseñanza contenido en la Constitución actual y reforzado por la introducción del financiamiento compartido en los años noventa y que recién con la Ley de Inclusión se viene a corregir. 

En segundo lugar, la Nueva Educación Pública. Ésta crea un sistema único dependiente del mineduc a través de la Dirección de Educación Pública. Modifica su gobernanza a través de la creación de instancias intermedias conocidas como SLEP, las que reemplazarían a los municipios como responsables de su administración, gestión y dirección. 

Un futuro gobierno democrático y progresista debe concluir este ciclo de reformas comenzadas gracias a las luchas del movimiento estudiantil y las comunidades escolares y universitarias, modificando el  sistema de financiamiento de la educación escolar basado en una cuestionable antropología que sustenta una noción de la libertad que la reduce a la posibilidad de escoger, pero no de crear lo que exigiría condiciones materiales que las actuales políticas de financiamiento impiden.

En segundo lugar, la determinación de los grados de autonomía del nivel local del sistema nacional de educación pública. La dirección del sistema, sin duda, debe estar en el mineduc en términos curriculares y técnico pedagógicos, pero ampliando los márgenes de libertad para el nivel intermedio (los SLEP) y local (las escuelas) para desarrollar sus proyectos. Ello sólo sería posible si en lugar de ser una lista interminable de contenidos y objetivos, el curriculum se centra en las habilidades, que fue el sentido de la priorización curricular durante la pandemia.

Finalmente, lo que algunos llaman el cambio de "paradigma educativo" o sea, responder la vieja pregunta ¿para qué nos sirve el sistema escolar? ¿para qué educamos? Ya es un lugar común decir que las novísimas tecnologías de la información y las redes sociales han puesto en tensión a la escuela y especialmente a sus docentes. Que fenómenos como la inclusión de estudiantes con necesidades educativas especiales; la inmigración y el reconocimiento de los derechos de las divergencias sexogenéricas han puesto en tensión a una escuela todavía organizada en torno a concepciones de hombre de los siglos XIX y XX. 

Pero estas siguen asemejándose más a las de nuestros padres que a la información y la forma en que nuestros niños, niñas y jóvenes la consumen en sus celulares y aparatos electrónicos. Que los discursos sobre el éxito, y los beneficios de la competencia no les dicen nada en relación con sus experiencias de fracaso para las cuales no los prepara; tampoco para la convivencia con la diversidad y la diferencia, porque los separa y clasifica por el resultado de las pruebas. 

El triunfo en las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, abre las puertas a una profunda transformación completando este largo ciclo de reformas. Es a eso a lo que te le temen la derecha y los empresarios, todavía nostálgicos de la dictadura de Pinochet, como lo dejó claro el flamante vocero de Evelyn Matthei estos días. Oponerse a esta tendencia a la reforma del sistema educacional, la garantía segura de una nueva revolución pingüina, o un 2011. Se trata de una reforma cultural, la única que puede garantizar la consolidación de un sistema educacional moderno y democrático y uno de los que representa la posibilidad de contener el avance de las ideas fascistas que se ocultan tras la defensa de lo habitual, de lo conocido, es decir del sentido común. 

 

 

 

miércoles, 20 de agosto de 2025

Para que el pan no se queme en la puerta del horno

 

Paul Klee. Los peces mágicos. 1925



Después de dos años de correr sola, la derecha luego de la inscripción de todas las candidaturas, comienza realmente a competir con alguien por la carrera presidencial. La eterna promesa, Evelyn Matthei, exhausta, cae al tercer lugar, y Kast apenas rasguña en sus mismas encuestas de dudosa credibilidad el primero, incluso a veces quedando segundo y teniendo que posponer su triunfo a la segunda vuelta. Triste consuelo para explicar su incapacidad política y la impopularidad de sus recetas. 

Precisamente por eso, en esta etapa que resulta decisiva, va a hacer uso de todo el repertorio de trampas, mentiras y promesas pomposas, las mismas que usa su ídolo Donald Trump a falta de políticas realmente efectivas para resolver las necesidades del pueblo.

Para peor de males, solamente logró un pacto por omisión en un par de circunscripciones senatoriales, lo que le pone cuesta arriba el objetivo de lograr mayoría en el Parlamento. La lista de la derecha tradicional, con un elenco de viejos conocidos de la canción de los acuerdos, incluidos escombros de la concertación que solo salieron del closet con tal de obtener un par de cupos en ésta, va a tener que competir no con la izquierda, sino con sus vástagos ultra cuyo objetivo es reemplazarla.

El adversario realmente poderoso es la desinformación, el individualismo, la apatía y en especial, la incredulidad que afectan a extensas legiones de compatriotas, cansados de recetas demagógicas, incluidas las que disfrazadas con conceptos como “responsabilidad”, “realismo” y “moderación”, apenas logran seguir disimulando el favor que cada punto de crecimiento del PIB significa para los grandes capitales concentrados.

Una de las lecciones de Bolivia como lo demuestra el voto nulo y en blanco registrado en las últimas elecciones -que alcanzó el segundo lugar después del candidato ganador, Rodrigo Paz-  es precisamente que la derrota de la izquierda bien puede ser la incapacidad de encantar, de devolver al pueblo la fe en un proyecto transformador más que la capacidad de la derecha de convencerlo.

En ese sentido, la lucha en el plano ideológico se debe redoblar. La claridad para dirigirse al pueblo, que es uno de los atributos de la compañera Jeannette Jara, ponerse por delante de las explicaciones complicadas y supuestamente objetivas de la tecnocracia. Ampliar no sólo por arriba su base de apoyo, sumando a partidos y organizaciones nacionales sino a alcaldes y concejales, organizaciones vecinales, de usuarios, deudores, sindicatos y de colectivos por la defensa de los derechos de la mujer, las disidencias sexogenéricas y el medioambiente.

Conformar comandos en las comunas, en los lugares de trabajo, en escuelas y universidades, sin hegemonismos. Grupos de Whatsapp, usar formas como las de las protestas de 2011: acciones de arte, carnavales, cicletadas. Espacios donde convivan militantes de diferentes partidos, los de la coalición que apoya a Jeanette, tanto como los que haciéndolo no son parte de ésta. También independientes y dirigentes sociales, en igualdad de condiciones y con verdadera fraternidad.

Precisamente otra de las lecciones de Bolivia. No es solamente la falta de unidad, la que castigó el pueblo, sino la confrontación chabacana y agresiva que protagonizaron históricos dirigentes; el que los medios hegemónicos la personalizaran a tal punto que dejó de parecer una disputa por diferencias políticas para transformarse en una lucha de egos.

Las posibilidades de triunfar en noviembre y volver a hacerlo en la segunda vuelta que con toda probabilidad será la que defina el futuro de la elección presidencial y de obtener mayoría en el Parlamento, son altas. Pero como dice el viejo refrán, “en la puerta del horno se quema el pan”. La lucha contra la desinformación, la apatía, el individualismo y la incredulidad, la única garantía de que así no sea.


martes, 12 de agosto de 2025

Unidad del pueblo para vencer

José Venturelli. Madre e hijo. Dibujo, período 1970-80



Yo estimo que no hay otro remedio, en verdad, que tomar la ofensiva; de lo contrario seremos diezmados (...) Reaccionemos, pues, y levantemos sin temor la bandera de lucha, y propaganda, de manera que conquistemos en los comicios electorales el puesto que corresponde al pueblo y que hoy ocupa ilícitamente la oligarquía.

Luis Emilio Recabarren



El fin de semana que pasó, la senadora independiente Fabiola Campillai entregó su apoyo a la candidatura de Jeanette Jara a la Presidencia de la República. Un apoyo que viene a enriquecer la unidad de los que luchan por más democracia, más justicia social, más igualdad, más participación, más dignidad para el pueblo. 

Poco antes, lo habían hecho también los partidos de izquierda que no participan de alguna de las coaliciones de gobierno, como el Partido Igualdad, el Partido Popular e Izquierda Libertaria. La unidad del pueblo se abre paso abarcando, como no se veía desde las históricas jornadas del 2 y 3 de julio de 1986, desde la izquierda al PDC. Luego de éstas la dictadura se vio en la obligación de adelantar el itinerario constitucional de traspaso a un gobierno civil.  

La situación es crítica. En apariencia, todo funciona más o menos como corresponde excepto porque, en el fondo, la polarización política de la que hablan medios y opinólogos a partir del resultado de las encuestas -como si se tratara de una epidemia- da cuenta de que chilenos y chilenas no están dispuestos a votar nuevamente como lo venían haciendo en los últimos tres decenios a lo menos. 

Eso, lógicamente, despierta la inquietud del empresariado que ha adoptado un tono desembozadamente protagónico, saltándose a sus tradicionales representantes y abandonando su apariencia de neutralidad. Ello pues, haciendo gala de un agudo sentido de la realidad, percibe la posibilidad de perder el puesto que ha ocupado en la dirección de los asuntos públicos en los últimos años.  El interés nacional -el de la mayoría- fue reemplazado, en efecto, por el de los grandes empresarios de bancos y financieras; empresas que extraen los recursos que pertenecen a todos y todas para su propio beneficio; y los medios de comunicación hegemónicos que les sirven. 

La mayoría no es solamente un número. Hace alusión a los que producen, a los que crean; a los que trabajan y por lo tanto es una palabra que contiene mucho más que una cantidad. Contiene belleza, cultura, prosperidad; diversidad cultural, social y ecológica. Es la que debiera guiar, como pensaba Recabarren y por lo cual vivió y luchó, la dirección de las políticas públicas. Ya nadie se cree la teoría del chorreo, que a estas alturas no parece más que el eco de una canción pasada de moda pese al batallón de ricachones que salió en las últimas semanas a defender lo que "con tanto esfuerzo" lograron  durante la época de bonanza del neoliberalismo. 

Es la razón para que las fuerzas de izquierda y progresistas, una vez constituida su unidad más amplia, pasen a la ofensiva y se dispongan a ganar las próximas elecciones y ser gobierno para realizar las reformas que le devuelvan a la mayoría, al pueblo, a los pueblos de Chile, el lugar que les corresponde en la dirección de los asuntos del Estado. 

viernes, 1 de agosto de 2025

Notifcias falsas que parecen verdaderas

Sandro Boticcelli. La calumnia de Apeles. 1495



Los medios siempre han usado la manipulación como forma de conformar a la opinión pública. Las fake news, como se las conoce actualmente, son la expresión más burda de esta vieja función  de los sistemas de medios hegemónicos. Ello, como lo ha sufrido en carne propia la candidata derechista Evelyn Matthei, elevado a la millonésima potencia por medio de la IA y las redes sociales. 

Su decisión de interponer una acción legal en contra de sus responsables, a los que identificó entre las filas republicanas como autores de una campaña "asquerosa", fue seguida de una  ruin abidcación que solamente deja en evidencia la moral violenta que anima a la derecha y que en el mejor de los casos, es tolerado con una hipocresía similar a la que exhibió durante la dictadura militar a la que aplaudía por las desapariciones, las ejecuciones sumarias y la tortura o miraba para el lado. 

El progresismo no puede hacer lo mismo. Debe denunciar la mentira abiertamente, no comentarla ni buscarle explicaciones que solamente la excusan. En estos días de hecho, la conformación del comando de la candidatura de Jeanette Jara, y de la lista parlamentaria que la acompañaría en las jornadas de noviembre por construir una mayoría contundente para implementar un programa de transformaciones, ha sido objeto de toda clase de especulaciones y derechamente de mentiras flagrantes. 

Es natural que mientras la derecha se desangra en una guerra sin cuartel, ni muy amistosa ni muy decente, los medios serviles de los que dispone traten de minimizar, ocultar y finalmente dificultar el exitoso proceso de unidad de las fuerzas democráticas, que va desde el PDC hasta el PCCH. Algo inédito en nuestra historia repubicana. 

Su pretexto favorito ha sido el dirigente y luchador social, ex alcalde de Recoleta Daniel Jadue, a quien todavía no le perdonan haberse atrevido a enfrentar a las cadenas de farmacias, las inmobiliarias; haber abierto las escuelas y la cultura a la comunidad y demostrado que las lógicas de un mercado sin regulación es derrotable. Ello inventando trascendidos desde los tribunales, presentando hipótesis como hechos comprobados, ocultando los fallos que le han sido favorables y tratando de igualar su situación con la de conspicuos delincuentes condenados como Torrealba, Barriga, Reginato, Sabat, Nora Cuevas y una lista bastante extensa de alcaldes derechistas.  

Todos los días un titular, columnas de opinión, videos, fotografías y twits que por las redes sociales circulan a toda velocidad metiéndose en los aparatos y teléfonos de transeúntes desprevenidos que los consumen en la locomoción colectiva; en sus trabajos; y que luego son comentados con profusión en los matinales y noticieros de televisión. Todos, tratando de crear una apariencia de divisiones o de inventar pretextos para las diferencias al interior de la alienza de partidos que respalda a Jeannette Jara, maximizando las obvias en cualquier coalición diversa -de otro modo éstas no serían necesarias- con el fin de conseguir lo que por medio de las propuestas y el debate de ideas no puede. 

Hacer política sobre la base de estas noticias, es una irresponsabilidad frente a la sociedad que sólo alimenta incertidumbre, inquietud y crispación que favorece a las candidaturas reaccionarias. Hacerse eco de ellas una candidez que retrasa la constitución de comandos, dificulta la conversación con el pueblo y los trabajadores y dar seguridad de que es posible y necesario triunfar. 

La experiencia de procesos recientes como los de Ecuador, Brasil o Argentina, es que esta campaña de difusión de noticias falsas y de manipulación de la opinión pública se intensificará y probablemente será la forma privilegiada de la oligarquía gobernante conformada por industrias extractivistas, banqueros y prestamistas usureros; capitales de plataforma e industria de la entretención masiva, para resistir la implementación de su programa. No podemos hacer eco de las estupideces que nuestros adversarios difunden y con los que nos enfrentarán en el futuro.


 

domingo, 27 de julio de 2025

Optimismo y realidad para hacer posible otro Chile


José Venturelli. Mujer y niño. 1988


Puede ser exceso de optimismo, pero da la impresión de que está empezando una coyuntura en que es posible reivindicarse de tanta postergación. Por muchos motivos. Pero fundamentalmente dos. El primero y más evidente son los cambios políticos a nivel doméstico, por llamarlos de algún modo. El tema es más amplio y más profundo que la posibilidad que contiene el que por primera vez desde que se acabó la dictadura, la izquierda histórica encabece una opción presidencial incluso con posibilidades de ganar. 

Eso entre comillas. Incluso esa posibilidad es secundaria, aunque se diera. Por el momento, la candidatura de Jeannette Jara no es todavía un movimiento. Así como están las cosas, la primaria podría interpretarse no más que como una encuesta grande y las elecciones de noviembre podrían serlo también. Es como si el programa de las diversas candidaturas tanto a la presidencia como al parlamento, fuera secundario o en el peor de los casos estuvieran vacías de contenido o el contenido que tienen no alcanzara como para conformar un Sujeto o lo que entendemos desde hace como doscientos años, por tal. 

Lo que prima es un sentimentalismo superficial muy difícil de explicar y al cual dar dirección. Por eso los comportamientos sociales o de las masas son tan impredecibles. 

Entonces, uno se pregunta ¿Cómo explicar el resultado de la primaria? Según análisis superficiales y en muchos casos, tendenciosos y de un anticomunismo sibilino, por la capacidad de los partidos. Pero según todos los análisis y los estudios de opinión pública, los partidos son débiles, tienen escaso poder de convocatoria y legitimidad. En un porcentaje mínimo, efectivamente las máquinas partidarias funcionaron y podrían haber tenido alguna incidencia por muchos esfuerzos que hayan hecho y loables que hayan sido.

Lo que realmente se manifestó en la primaria oficialista y lo sigue haciendo en las encuestas, es un estado de ánimo de las masas, de cansancio, de molestia y que se identificó con Jeanette Jara porque como muchos señalan también, el pueblo se vio en ella. Contra eso, Carolina Tohá ni ninguno de los nostálgicos del centro y la política de los acuerdos, podía hacer mucho más, porque el “liberalismo social”, “la tercera vía” o “la medida de lo posible” tienen ninguna conexión con la realidad, y quedaron en evidencia como lo que son: pura ideología. 

Sin embargo, ese estado de ánimo, esa emoción, así como un día está acá, al otro está allá. Todo el mundo dijo el 18 de octubre: "no lo vieron venir". La situación política es, sigue siendo, volátil. Efectivamente hay condiciones, condiciones excelentes para construir y avanzar mucho más que en cualquier otra oportunidad, partiendo por la candidatura de Jeannette Jara y el enorme nivel de respaldo que concita, tanto social como políticamente. 

En segundo lugar, habría que agregar la crisis que aparentemente le está estallando en la cara a la ultraderecha republicana y las dificultades de sus epígonos y seguidores en América Latina para consolidarse como alternativa en el largo plazo. Las bravuconadas de Trump han fortalecido a Lula y también a Claudia Scheinbaum y no  concuerdan con la demagogia “libertaria” de Milei o de Kast –que fue el único político chileno que lo felicitó por las alzas de aranceles-. Han tenido, además, una respuesta sobria pero contundente del gobierno chino, que  lo tienen dando una demostración de comportamiento errático en política internacional y sin logros que exhibir en política interna, que prometía antes de asumir podría resolver al día siguiente de hacerlo. 

Todo un inesperado cambio, aparentemente. Este cambio -coyuntural o de largo plazo- puede implicar cambios también en el elenco. Si como presumen cientistas sociales, periodistas e historiadores de diverso signo ideológico, los partidos están tan debilitados y sus relaciones con la sociedad tan fracturados, es posible que haya un relevo de estos. También la formación de un nuevo sindicalismo, por ejemplo. De algún nuevo tipo de movimiento social, otros partidos o una nueva alianza de partidos que se haga cargo de esto. La reciente decisión de la Junta Nacional del PDC es una muestra de esto tal vez.

Para la izquierda representada por el PCCH, Acción Humanista y el FA, que fue el núcleo de la candidatura del Presidente Boric, la urgencia de fortalecer su unidad política, programática y social, desde territorios, organismos sociales y de masas; luchas por la democracia, contra las exclusiones de diverso signo y la justicia social que convoquen, como de hecho ha sido, a otros a fortalecer la unidad del pueblo.

martes, 22 de julio de 2025

¿A qué le temen los empresarios?

 

Honoré Daaumier. La manifestación.1860

El fin de semana que pasó, El Mercurio publicó una carta de un grupo de ciento sesenta empresarios y profesionales -afines al sector al que se dirige- conminando a los candidatos de derecha a ponerse de acuerdo en un programa y una lista parlamentaria para enfrentar las elecciones de noviembre. Dicha carta no puede ser más explícita, partiendo por su título "Carta abierta a José Antonio Kast, Evelyn Matthei, Johannes Kaiser y a los dirigentes y candidatos al congreso de la oposición al gobierno". 

Es la primera vez, desde el retorno a la democracia en 1990, que los empresarios son tan explícitos para intervenir en política contingente y señalar sus preferencias. Siempre habían usado un lenguaje elusivo, disimulado sus inclinaciones y hecho propuestas usando una retórica aparentemente neutral. Privilegiando, además, los aportes discretos, las cenas y los eventos académicos en el CEP o el Instituto Libertad y Desarrollo, en los que siempre participaban dirigentes y cuadros técnicos cercanos a los partidos de la extinta Concertación de Partidos a la Democracia, para darles esa apariencia de neutralidad. 

Pero esta vez, y dada la gravedad de la coyuntura, el grupo de empresarios y ex ministros de Piñera prefirió ir directo al grano y hacerlo públicamente. Dicha conducta deja entrever un sentido de urgencia y una radicalidad pocas veces vista en los últimos cincuenta años. Utilizando un tono apocalíptico, le lee la cartilla al sector en un formato que se mueve entre la invocación y el emplazamiento.

Muy similar al tono usado por Pinochet en muchas ocasiones diciendo “Yo el caos”. Cualquier observador medianamente objetivo, puede darse cuenta de lo desmedido de dicha alternativa; de que el país no está al borde del abismo de hordas de inmigrantes que, como los hunos en el Imperio Romano, asolan las fronteras; o de afirmar que el país está al borde del colapso económico es una exageración sin ton ni son. También decir que la delincuencia y las mafias, como en algún momento sucedió por ejemplo en Colombia, tienen al Estado contra las cuerdas.

De hecho, un analista como J.J.Brunner ,caracterizado por su anticomunismo y los grandes servicios que le prestó al neoliberalismo en el pasado, parte uno de sus extensos análisis en Ellibero, señalando lo afiebrado de dicho diagnóstico. Dice Brunner “ha perdido pie el relato de un colapso total del país por responsabilidad de un pésimo gobierno. Esa prédica discursiva, levantada desde los partidos y medios de comunicación opositores, el Congreso y las redes sociales, no parece encontrar suficiente eco en la sociedad”. Y demostrando una aguda sinceridad, destaca la recuperación de los salarios y la creación de empleos, así como una situación económica lejos del colapso que anunciaban los economistas de derecha como Schmidt-Hebbel a comienzos del actual gobierno.

¿A qué le teme, pues, el empresariado y qué de grave tiene la coyuntura para ellos? Únicamente la posibilidad de perder nuevamente las elecciones y de que una colación de izquierda, apoyada por el PDC probablemente, gane las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias. De que el programa del próximo gobierno sea un programa que privilegie la reactivación por la vía del consumo, aumentando los salarios y el poder de negociación de los sindicatos. Que de un trato especial a las PYMES y arrebate a las grandes empresas el control que ostentan del mercado y no haga de los recursos naturales sólo una mercancía sino la fuente de creación de una industria nacional. Como ha dicho Brunner también en eso los programas del FA y del PCCH no difieren mucho.

El desastre electoral de la nostalgia liberal que representaba Tohá,  le deja poco espacio para incidir más en el período histórico que se abre con la elección de Jeanette Jara en la primaria oficialista. La misma candidata de la izquierda ha demostrado cuando fue ministra la posibilidad de hacerlo –como lo confirman las opiniones de Brunner- aún con todos los límites que le imponía no tener mayoría en el Congreso y una evidente desventaja en los medios de comunicación.  

Perder las elecciones nuevamente no es perder una elección más.

En segundo lugar, la posibilidad de que ello desate un movimiento de masas, hasta ahora, contenido por la tecnocracia que ha reemplazado programas políticos e ideas de país, por las  técnicas de la administración y el control burocrático de las instituciones del Estado. A esto la derecha y los empresarios especialmente sí que le tienen pánico. Hace muchísimos años, en una entrevista a la Revista Punto Final el histórico dirigente socialista Ricardo Núñez lo señalaba como una de las razones más poderosas del golpe de estado de 1973, el enorme y multifacético movimiento de masas desatado por el programa de la UP y su implementación.

No es sólo el resultado de las elecciones a lo que teme el empresariado. Es a las posibilidades que contiene el nuevo ciclo que se abre y que encabezado por un gobierno de izquierda podría exceder en una transformación efectiva del neoliberalismo. La experiencia de este gobierno que termina es que ello no depende solamente de la voluntad, la capacidad técnica o de gestión política de un gobierno.

Serán las masas, los sindicatos, las asociaciones de usuarios; los colectivos ambientalistas y de defensores de las divergencias sexogenéricas; el movimiento juvenil y de pueblos originarios junto a los partidos de izquierda los que protagonicen dichos cambios y para lo que deben prepararse o de lo contrario, farrearse la posibilidad que la historia nuevamente les da para cambiar Chile.