Georg Grosz. Eclipse de sol, 1926 |
Uno abre diarios y revistas de actualidad y lee en todos ellos sesudos análisis acerca del cambio la situación política del país.
Fundamentalmente desde que la DC decidiera presentar su candidatura en la
primera vuelta de las elecciones presidenciales, sin considerar la opinión de
sus aliados respecto de realizar una primaria de la NM para elegir a su
abanderado.
Lo otro que ocupa un espacio importante en los medios, es el
despliegue de la candidatura de Sebastián Piñera, quien por momentos pareciera
estar compitiendo ya por la presidencia
de la república y no por ganar la primaria de su sector.
Su candidatura representa lo más reaccionario del pensamiento
derechista. Ultra liberal en materias económico sociales y pechoño
decimonónico en materias morales y
culturales.
En resumen, el nuevo cuadro se caracteriza por la división
de las fuerzas de centro-izquierda y la hegemonía reaccionaria que se impone en
la derecha.
Este cuadro es el resultado de muchos acontecimientos de luchas y
contradicciones, acuerdos y rupturas, transformaciones, avances y retrocesos,
protagonizados por movimientos de masas y partidos políticos, y está lejos de ser la mera confirmación de
las tendencias.
Son precisamente resultado de acontecimientos, en algunos
casos incluso, impredecibles, sobre los que ha sido necesario actuar. La incapacidad de la precandidatura de
Ricardo Lagos de abrirse paso en la NM, pese a sus sinuosas maniobras, gestos grandilocuentes y favoritismo de la prensa; los intentos infructuosos de la DC por
sacar a los comunistas de la coalición recurriendo a toda clase de provocaciones; la presión de la movilización de masas
exigiendo el cumplimiento del programa e ir más allá incluso.
También las reformas políticas al sistema electoral y a los
partidos políticos; los avances en materia de restitución de derechos, pese a las limitaciones que la institucionalidad política vigente impone
al despliegue del programa de reformas
de gobierno; lo que se ha llamado una "crisis de legitimidad" o "crisis de confianza" producto del
conocimiento público de las promiscuas relaciones entre el empresariado y conspicuos políticos de derecha y de los partidos de la extinta concertación.
Sin embargo, el cuadro es muy inestable y esta misma situación
puede todavía sufrir modificaciones. El alto abstencionismo y la indiferencia que chilenos y chilenas manifiestan por los asuntos públicos, lo hacen todavía más incierto.
La primera y más probable de estas modificaciones , la caída de Pïñera de su lugar de privilegio en la oposición, sea por una baja participación en las primarias de la derecha, porque sus competidores lo alcancen o hasta por la posibilidad de que decline su candidatura antes de agosto.
Ello, en todo caso, sólo para confirmar la posición ultra reaccionaria que ocupa la derecha en nuestra sociedad y que demuestra que ni hay ni nunca ha habido algo parecido a "derecha democrática" y por el contrario, el rol histórico que hoy en día cumple y siempreha cumplido.
La primera y más probable de estas modificaciones , la caída de Pïñera de su lugar de privilegio en la oposición, sea por una baja participación en las primarias de la derecha, porque sus competidores lo alcancen o hasta por la posibilidad de que decline su candidatura antes de agosto.
Ello, en todo caso, sólo para confirmar la posición ultra reaccionaria que ocupa la derecha en nuestra sociedad y que demuestra que ni hay ni nunca ha habido algo parecido a "derecha democrática" y por el contrario, el rol histórico que hoy en día cumple y siempreha cumplido.
Pero no ha sido así y en lugar de ello, se ha extraviado en la búsqueda de una identidad que se define por cuestiones exclusivamente formales, como la crítica al "duopolio", sin poner ni un solo aporte novedoso en la situación política, excepto su aspiración de hacer lo mismo que la NM pero más rápido, lo que en el transcurso de la campaña por las primarias han tenido que matizar .
En ese caso, las posibilidades de una derechización de la situación nacional, como ha ocurrido en Brasil y antes en Argentina, son más altas que hace un par de meses. Excepto que las fuerzas democráticas -tanto las de dentro como fuera de la NM- tiendan a converger, ojalá antes de la segunda vuelta de las próximas elecciones presidenciales y no repetir el papelón de MEO en una ocasión anterior muy similar el 2010.
Y que esta convergencia se de también en las organizaciones sociales en función de profundizar el protagonismo y la incidencia de las masas en las reformas en curso y las que con toda seguridad deberán continuar en un próximo período presidencial a menos que sea de la derecha.
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