Franz Hals. Retrato de los regentes del hospicio de Santa Isabel de Harleem. 1641 |
La trágica muerte de Sebastián
Piñera en un accidente aéreo, ha dado pie para la investigación y exposición
periodística de las diversas facetas de su vida y de sus múltiples intereses. La
política por cierto, pero también los negocios y la formación de cuadros
técnicos en las áreas de la economía y la administración.
Leerlos es como recorrer las
páginas de una novela de Balzac o Emil Zolá, donde se mezclan las tramas de
negocio, con las intrigas políticas y la vida social.
Respecto de su fortuna, no hay una cifra exacta. Según estimaciones de cercanos y publicadas por la prensa, supera los US$
3 mil millones y se acerca incluso a los US$ 4 mil millones. Una cifra que, ya
de por sí, le otorgaría a cualquiera una posición privilegiada en cualquier causa
que se propusiera.
La mayor parte de los recursos está en portafolios
financieros, según los medios, mayoritariamente en el exterior.
Las empresas de las que era
dueño son Inversiones Bancorp Limitada, creada en 1999 e integrada por sus cuatro hijos, y a través de la cual
controlan la otra sociedad donde está radicada gran parte de la fortuna
familiar: Inversiones Odisea Limitada.
El
resto de los directores, serían Fernando
Barros Tocornal, asesor de su padre en temas de negocios desde hace más
de 30 años, quien asumió la
presidencia de Bancorp; y a falta de Barros, el quinto director
sería Ignacio Guerrero, el
socio de Piñera en CMB, la principal administradora de fondos de
infraestructura en Chile entidad regulada por la Comisión para el Mercado de
Valores y que según reza en su página web “cuenta con una extensa trayectoria
en la administración de capital principalmente de inversionistas
institucionales”. Y si falta Guerrero, el cargo lo asumirá José Cox Donoso, el otro socio de CMB, también amigo de
Piñera desde los ochenta, cuando fue su jefe en Citicorp Chile.
La
historia de este imperio se remonta a los turbulentos años ochenta, marcados
por la violación sistemática de los DDHH; la crisis económica y las protestas
nacionales en contra de la dictadura militar.
Uno de los episodios clave en la vida de Piñera fue, precisamente, su paso por Citicorp Chile en esa época, donde
se desempeñó como gerente general entre 1980 y 1987.
Durante
aquella década el ex Presidente fue su gerente general, llevando a los mejores
talentos de la UC a trabajar con él. Muchos de ellos, con el tiempo, pasaron a
ocupar lugares importantes en el sector empresarial.
Entre
ellos, el ya mencionado Ignacio Guerrero, empresario, que llegó a vicepresidente
de Citibank en Nueva York y de NMB Bank. Pero como se dice vulgarmente, una
mano lava la otra y las dos lavan la cara, de manera que fue uno de los
principales financistas de su segunda campaña presidencial. También José Cox, a
quien conoció a través de su hermano Pablo de quien fue compañero en la UC
y Rodrigo Pérez Mackenna, quien luego
integró los directorios de Banmédica, Salfa S.A. y Multilateral Group Chile
–autodefinido en su web como “grupo de expertos en servicios de asesoramiento
incluidos gobiernos, instituciones, corporaciones, y empresas emergentes-. Su
incursión más destacada fue, nuevamente gracias a Piñera, en cuyo primer
Gobierno fue biminstro de Vivienda y Urbanismo, y Bienes Nacionales. Tras ello,
fue presidente nada menos que de la Asociación de AFP.
Bajo
el mando del ex Presidente en Citicorp también estuvo el hermano del ex
secretario de Estado, José Francisco Pérez Mackenna, quien luego se desempeñó
como gerente general de Quiñenco –conglomerado empresarial con participación en
el sector financiero, manufacturero, de energía y transportes- y director de
CCU y Entel. También entre quienes llegaron a la compañía se encuentra
Heriberto Urzúa, quien con posterioridad estuvo ligado al grupo Swett,
Embotelladora Andina, Inversiones Alsacia, La Polar –que actualmente y desde el
2011 mantiene un complicado litigio por $ 101.568 millones con AFP PROVIDA- y
Agrícola Aritzía, entre otros.
Patricio Jottar fue otro de los
líderes empresariales que comenzó al alero de Piñera. El actual gerente general
de la CCU también ha tenido una destacada carrera empresarial, que lo ha
llevado a estar a la cabeza de compañías como Bansander AFP y Santander Chile.
Ostentó, también, la presidencia de Icare. Patricio Parodi, actual presidente
de Consorcio, en tanto, llegó a ser director de Banmédica, Sociedad Punta del
Cobre y Compañías CIC.
La vida tiene muchas vueltas
pero finalmente todos los caminos conducen a Roma. Cuando el ex Presidente
Sebastián Piñera llegó a Citicorp, lo hizo bajo el alero del empresario Manuel
Cruzat, fundador del Banco de Santiago -banco rescatado por la dictadura
militar y que posteriormente se fusionó con el Banco Santander- y quien también
tenía un "semillero". Entre sus discípulos, se encontraban dos
alumnos de economía de la UC Alfredo Moreno Charme y Juan Andrés Fontaine a
quienes Piñera, años después, llamó para componer su primer Gabinete.
Como se puede apreciar sólo
leyendo los antecedentes publicados por la prensa sobre las actividades de
Piñera, su obra es el resultado de un esfuerzo sistemático que se remonta a la
dictadura y que lo llevó a ocupar un lugar privilegiado en los negocios,
especialmente en el sector financiero, desde donde extendió su influencia a
numerosas industrias, a través de su participación directa o a través de
discípulos, amigos o familiares. De hecho, uno de los esfuerzos más importantes
a los que dedicó su vida, fue la formación de cuadros técnicos que deambularon
además entre el Estado y el sector privado a instancias suyas.
No hay que ser especialmente perspicaz
para apreciar de hecho que en su práctica política, las fronteras entre la
administración del Estado y los negocios eran bastante tenues. Sea ello a
través de su financiamiento o del reclutamiento de cuadros lo que finalmente terminaría expresándose en
sus concepciones de lo público y la forma de gestionarlo resumidas de manera
bastante sofística en el concepto de “excelencia”.
Todas estas características de
Sebastián Piñera, lo hacen un dirigente bastante difícil de reemplazar. Había
logrado recomponer sus relaci0nes con la UDI, históricamente difíciles, hasta
el punto de que dirigentes como Longueira, Matthei, Lavín y Cubillos han sido
de los más fervientes defensores de su legado. Su visión política incluía hasta
los republicanos y estaba empeñado en restituir la unidad del sector para ser
una alternativa de gobierno, sostenida sobre un neoliberalismo ortodoxo.
No era ningún santo ciertamente
ni tampoco un gran estadista. Representaba felmente la moral del hombre de
negocios descrita por Balzac, basada en la codicia, la busqueda de la
maximización de las ganancias y una visión del Estado un poco más sofisticada
que la de Millei, como un instrumento útil para el emprendimiento de los
privados, como lo demuestran los casos
EXALMAR, DOMINGA, LATAM, etc.
Lo más probable es que no haya
una guerra por ocupar el lugar de Piñera sino más bien un intento de la derecha
por sintetizar estas facetas de su legado en una propuesta que le permita
disputar la dirección del gobierno nuevamente. Su talón de Aquiles, la falta de
una propuesta que se haga cargo del vacío constitucional presente desde octubre
de 2019 y que la derecha, conducida por los republicanos trató de ocupar
torpemente con una propuesta inaceptable para cualquier sociedad moderna. Mientras esa grieta siga abierta, la crisis
social y política que le tocó enfrentar a Piñera siendo presidente, no estará
resuelta, como él mismo no lo pudo hacer.
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