miércoles, 26 de junio de 2024

¿Dijo facho o fachos?

Pedro Luna. El baile de las enanas o Cabaret de Magallanes. 1936



En la antigua y cándida televisión de fines de los años ochenta, los días viernes en la noche se transmitía un programa de humor que se llamaba "los fisicoculturistas". Sus protagonistas, dos tipos normales, bajitos y flacuchentos, como todos los chilenos, en un diálogo que presagiaba la cultura y estilo de vida que se empezaba a imponer en la sociedad chilena, basada en la apariencia y un grotesco hedonismo, partían diciendo "es que somos fisicoculturistas" después de realizar maromas e hilarantes demostraciones de fortaleza y buena condición física. Acto seguido, alguien les decía "ridículos" y ellos desconcertados, aunque sus caras demostraran cierta comprensión de la razón para que se les llamara así, contestaban "....perdón, dijo ¿ridículo o ridículos?..."

 

Un cuadro parecido es el que la derecha chilena, expone todos los días en la prensa y los matinales. Al inefable Carter, hablando en alemán, demoliendo casas o realizando acusaciones rimbombantes y denuncias catastrofistas; y los republicanos, cada vez más desfachatados en sus denuncias, cual savonarolas modernos, se suma ahora Evelyn Matthei, virtual candidata de Chile Vamos, al coro de exagerados y lenguaraces que agitan la emoción y el desencanto de una sociedad asolada por la incertidumbre que el neoliberalismo ha elevado a la categoría de condición natural de la vida social.

 

En efecto, la incertidumbre y su hija putativa, la flexibilidad frente al cambio, que en los noventa y los primeros cinco o diez años del siglo XXI eran saludadas como incentivos para la creatividad y el desarrollo -lo que en realidad apenas ocultaba con una impudicia vergonzosa, la precariedad de las vidas en el sistema neoliberal-, hoy día ya no se sostiene como discurso legitimador del sistema. Según los datos aportados por la Fundación Sol, hace poco, aproximadamente la mitad de los nuevos pensionados por el sistema de AFP´s recibe jubilaciones de menos de cien mil pesos.

 

Las listas de espera en salud, los altos precios de las prestaciones y la indefensión en que quedan los miles de personas estafadas por las ISAPRES; la prácticamente inalcanzable aspiración de la casa propia que tiene viviendo como allegados y/o en campamentos a prácticamente la misma cantidad de familias que en 1985, según datos del MINVU; el encarecimiento de bienes y  servicios, sin considerar gastos imprevistos  que el sueldo promedio de setecientos mil pesos no puede cubrir, como no sea haciendo la bicicleta todos los meses, hacen de la incertidumbre efectivamente casi una condición  fáctica de la vida social.

 

Sin embargo, gracias a Marx y a varios pensadores, no todos narxistas por cierto, sabemos que la vida social de lo menos que tiene es de natural, porque es una creación de los propios seres humanos. Pero la derecha pretende, que sí lo es y por esa razón a cualquier intento de reforma económica, social o política, la tilda de ideologismo, pretensión fantasiosa o simple voluntarismo. Se suma de esa manera, una segunda fuente de incertidumbre, que es la duda acerca de la posibilidad de que éstas se realicen para mejorar sus vidas, al menos en el marco de la institucionalidad política, económica y social vigente, augurio casi seguro de un nuevo estallido de indignación popular.

 

La derecha bloqueó en el Parlamento la reforma tributaria; tiene parada la reforma al sistema de AFP's, chantajeó hasta la náusea la tramitación de la ley corta de ISAPRES para imponer una salida ridícula; los candidatos a alcaldes de ese sector, anuncian desde ya, en una performance que raya en la sedición, que no van a traspasar las escuelas públicas de sus comunas a los  Servicios Locales de Educación, ley aprobada durante el mandato de la presidenta Bachelet por el Parlamento y la guinda de la torta, estos días pillaron in fraganti a varios de sus diputados realizando un copy paste de un informe de las empresas pesqueras, en la tramitación de la ley que regula al sector. Patético. 

 

Mientras los treinta y ocho alcaldes de su sector imputados o procesados por malversación, estafa, cohecho y otros delitos que suman la friolera de mas de ciento setenta mil millones de pesos, Daniel Jadue, el alcalde más realizador, más progresista en el sentido de haber hecho más obras que ponían en cuestión la lógica de mercado en la provisión de servicios y bienes para los vecinos de su comuna, espera en prisión preventiva el destino que le depare un poder judicial cada vez más cuestionado por sus turbias e intrincadas relaciones con el poder político y económico, como lo demuestra el caso Desbordes y antes el caso Hermosilla.

 

A su defensa férrea del sistema y los valores que encarna, se suma entonces su enconado anticomunismo, que no es más que la expresión de su retardatario y básico pensamiento. Ataca a ministros, parlamentarios, alcaldes y dirigentes sociales comunistas y de izquierda, con una tirria medieval, solo por el hecho de postular que otra forma de organizar la vida política y social es posible y necesaria. La impavidez con que esta agresividad de la derecha es tolerada resulta en todo caso escalofriante.

 

Por esa razón, igual como los fisicoculturistas preguntaban "¿ridiculo o ridícuos?", los represnentantes de la derecha podrían preguntar con la misma mezcla de sorpresa y conocimiento "perdón, dijo ¿facho o fachos?". Lo preocupante sería que todavía alguien que no fuera de derecha se lo preguntara.


martes, 11 de junio de 2024

Sin ganadores por ahora

Sandro Chia. Pan vino. 1990



Las elecciones primarias que se realizaron el domingo 9 de junio dan la impresión de no haber tenido ganadores. Con una participación de alrededor de trescientos mil electores, poco más de un seis por ciento del padrón autorizado para hacerlo, se desarrollaron con una apatía y falta de entusiasmo notables.

Eso no significa que no vayan a tener repercusiones. Datos tan esmirriados apenas aportan algunos elementos para los análisis de gurús electorales, que han hecho de vaticinios que rayan con la adivinación, un espacio en matinales y medios escritos. No se trata para estos analistas de tomar una posición ni de señalar los problemas que aquejan a nuestra sociedad ni las propuestas políticas de quienes aspiran a ocupar cargos de elección popular y que explicarían sus resultados.

La realidad social, para estos analistas, sigue siendo un misterio y su ocupación, la de augures o pitonisos. En este sentido, resulta improbable que hicieran alguna predicción medianamente razonable en los análisis de ese día ni que explicaran su resultado. Su silencio es más importante que todas las obviedades que dijeron.

El primero, lo que tiene que ver con la crisis de la derecha tradicional, puesta en evidencia ese día. No solamente porque sacó aproximadamente cincuenta mil votos menos que el pacto de centroizquierda ni por la insignificante movilización que motivó.  Las polémicas previas y las que protagonizó durante la jornada, son las que importan y muy probablemente, además, van a seguir marcando las próximas semanas y meses. En efecto, la UDI sale muy golpeada, pero RN tampoco tiene mucho que celebrar. Puente Alto y Lo Barnechea apenas dan el pretexto para una foto y le restan todavía muchas comunas por definir, razón que va a ser la excusa para más peleas internas seguramente.

La ausencia del centro político es también un dato importante de esta elección. No hay, no hubo ese día, partidos que se autodefinan de centro que participaran ni que tuvieran algo que celebrar. Por supuesto, en una elección de carácter local, no es mucho el margen de diferenciación que existe, pero considerando que venimos saliendo de dos procesos constitucionales, y que la derecha está en una campaña desatada y sin piedad de ataque al gobierno y de bloqueo de todo intento de reforma, se trataba de una elección que se daba en un ambiente más politizado que en otras ocasiones.

En este sentido, la prisión preventiva decretada sobre el alcalde de Recoleta, compañero Daniel Jadue, fue un ingrediente más que tenía como finalidad golpear a la izquierda. No solamente con el propósito de desacreditarla ante la opinión pública o restarle votos, sino también como una forma de castigar a quienes desde el gobierno local intenten siquiera desafiar la hegemonía aparentemente incontrarrestable de las empresas privadas, los monopolios y sus representantes políticos; no solamente a las gestiones locales exitosas, de las que la izquierda puede exhibir varias.

Las elecciones primarias para definir las candidaturas municipales, dejaron abiertas más incógnitas que las contradicciones que resolvieron. Primero porque no todos participaron en ellas y es altamente probable que quienes no lo hicieron determinen finalmente sus resultados. El fantasma de la ultraderecha asecha y con el patético estado de la derecha tradicional y los modestos resultados de las fuerzas de izquierda, sus posibilidades se amplían. La ausencia y peor aún, el comportamiento oportunista y cada vez más conservador al que es arrastrado lo que alguna vez se definió como centro político, producto de sus indeterminaciones y sus esfuerzos de diferenciación, la han favorecido en todas las oportunidades.

No es suficiente la ingeniería electoral ni juntar los pichintunes que cada sector podría aportar para detenerla. Las clases dominantes, el conservadurismo moral y cultural, los burócratas y los cuadros técnicos del sistema hace rato que están en una campaña abierta para defender lo que se pueda de él, entre otras cosas las AFP’s y las ISAPRE’s. También a las grandes cadenas proveedoras de servicios, los empresarios que se han visto beneficiados con la subcontratación, los bajos salarios y las facilidades para despedir, cambiar de funciones y jornada a trabajadores y trabajadoras; justificar las exclusiones de diverso signo, como las que sufren minorías y diversidades sexogenéricas, mujeres, jóvenes, pueblos originarios e inmigrantes, como si se tratara de meras opiniones.

El tiempo que resta para las elecciones municipales y de gobernadores, va a ser un tiempo lleno de contradicciones; de tensiones y enfrentamientos. No un enfrentamiento exclusivamente electoral. Es la hegemonía cultural lo que está en disputa. Los valores sobre los que se yerguen posiciones políticas, concepciones del Estado y la sociedad: una que ve al ser humano como un mero cliente u objeto de control y otra que lo ve como un sujeto de derechos. El pueblo y la izquierda deben prepararse.


martes, 4 de junio de 2024

Más viejo que el hilo negro

Ben Shahn. Sacco y Vanzetti. 1932



La cautelar de prisión preventiva que decretó la justicia sobre el alcalde de Recoleta, compañero Daniel Jadue, pone en evidencia el carácter de la situación política y lo radicalizadas que están las posiciones en la derecha y los poderes constituidos sobre la base de una institucionalidad espuria y cada vez más rechazada por la población.

En efecto, se trata no sólo de una medida desproporcionada, tomando en consideración el peso de las pruebas expuestas por la fiscalía y las que se han tomado en el caso de conspicuos alcaldes de derecha que incluso escondían dinero en las paredes de sus casas, como los narcotraficantes, o compraban joyas y osos de peluche con plata del Estado o emprendían faraónicas obras sin ninguna justificación social ni financiera.

La siutiquería de defender la independencia de un poder judicial puesto en el foco de las miradas sospechosas y desconfiadas de ciudadanos y ciudadanas por el caso Hermosilla y la defensa de instituciones cada vez más permeables al tráfico de influencias y la presión de grupos empresariales, instituciones conservadoras y el poder político, apenas sirven de cuña para salir del paso al morbo de medios serviles al poder del dinero y los intereses empresariales.

Su propósito se conforma con tranquilizar las buenas consciencias de consumidores cada vez más receptivos y dispuestos a repetir los discursos facilones del tipo "caiga quien caiga", que solamente ocultan a los auténticos corruptos, sus motivaciones y la gravedad de sus delitos y sus consecuencias.

Ese es precisamente el problema que subyace a la prisión del compañero Jadue. Un alcalde que ha hecho visibles en forma práctica y desde situaciones concretas, fracturas del modelo; la desigualdad intrínseca sobre la que se sostiene y la necesidad y también la posibilidad de contenerlas y de limitar los pantagruélicos desequilibrios y deformaciones que genera el neoliberalismo, con voluntad política y participación popular, sometido a una medida ejemplarizadora para todos quienes osen transformar el modelo.

La prisión preventiva se le impone a Jadue justo en un momento en que -pese a los esfuerzos y realizaciones del gobierno y a las que él mismo aportó dejando en evidencia que son posibles y necesarias-   dichas contradicciones y desequilibrios sociales y culturales van presionando la incapacidad del sistema político y la institucionalidad de resolverlas abriendo paso a las que el pueblo a través de su movilización y sus luchas pueda encontrar.

Siguiendo un guión más viejo que el hilo negro, calcado de las ofensivas contra la izquierda que se han llevado a cabo en todo el continente, la reacción ataca al gobierno, haciéndolo objeto de las más delirantes acusaciones; bloqueando en el Parlamento –la institución más desprestigiada y poco creíble, según todos los estudios de opinión, de nuestra desfalleciente República- todas las reformas por las que fue electo y desatando un vendaval de mierda, como postulaba el asesor fascista de Donald Trump Steve Bannon.

Efectivamente, el rechazo que provoca su actuación gansteril; su acción obstaculizadora de toda reforma al sistema, así como su defensa de las AFP y las ISAPRES, se manifiesta en los estudios de opinión y en medio de su cuesta abajo en la rodada, trata de arrastrar a toda la sociedad. Golpea a los que luchan por la transformación y contra el modelo neoliberal; y con un instinto de clase muy agudo, a quienes demuestran que es posible y necesaria.

Finamente, esta historia no se resolverá en los tribunales, sea cual sea el fallo que finalmente se adopte en esta causa. Es una batalla más de las que protagoniza la sociedad para abrir paso a la superación definitiva del modelo, frente a la posibilidad de un retroceso democrático que tendría graves consecuencias para el pueblo.


martes, 28 de mayo de 2024

Eduardo Contreras Mella y la lucha por la democracia

  

José Venturelli. Patria negra y roja. 1975



La muerte del abogado de Derechos Humanos y militante comunista Eduardo Contreras Mella, plantea una reflexión. La del significado de la voluntad y la convicción como explicación de lo político y de la centralidad que estas tienen en el cambio histórico.

En efecto, Eduardo Contreras fue el abogado que junto a Gladys Marín y como resultado de una discusión, reflexión y acuerdo de la dirección del Partido Comunista de Chile respecto de la necesidad de derrotar al pinochetismo para posibilitar el tránsito hacia una verdadera democracia, interpuso la querella criminal por la que fue detenido en Londres por el Juez Baltazar Garzón, en el marco de la investigación del caso Caravana de la Muerte.

Mientras algunos corrieron a explicar por qué Pinochet portaba un pasaporte diplomático o no lo hacía; y se debatían entre intrincadas teorías para justificar los acuerdos suscritos con la dictadura para dar origen a lo que algunos catalogaban como una genialidad, Eduardo Contreras, Gladys y la dirección comunista luchaban, tal como lo hicieron junto al movimiento estudiantil, de DDHH, sindical y otras fuerzas de izquierda, para evitar que asumiera como senador vitalicio, y para que fuera juzgado en Chile.

Sabemos el resto de la historia y el final que tuvo. Pinochet volviendo a Chile, bajando de un avión en silla de ruedas y en un acto entre indigno y sarcástico, levantándose brazos en alto, para finalmente ser sobreseído por demencia.

Pero a partir de entonces, el pinochetismo comienza su declive definitivo. Por cierto, la derecha que primero corrió a Londres a defenderlo e intentar rescatarlo de su oprobio, rápidamente tomó distancia, generando el malestar de la “familia militar” y los violadores de Derechos Humanos que sintieron que aun cuando se han mantenido firmes en la defensa de la impunidad, los dejaron solos. Solos al menos en lo que se refiere a la reivindicación del genocidio, para dar paso a un historicismo de dudosa calaña como forma de justificación de su complicidad pasada y de lo reaccionario de su pensamiento.

De ahí en más, el país fue testigo de nuevas componendas e intentos de parchar la democracia con inventos, acuerdos de trasnoche para legitimar a las AFP´s, las ISAPRE’s; la impunidad de la que siguen gozando muchos de los crímenes que cometió la dictadura o el negociado de la educación, escolar y universitaria (la lista se podría seguir engrosando) y todo ello para intentar posponer lo que ocurriría finalmente el 18 de octubre de 2019.

Interponer la querella contra Pinochet, demostró -tal como lo fue la movilización social y la lucha contra la dictadura en todas las formas posibles que el pueblo tenía a mano en esas penosas circunstancias- que la lucha contra el abuso; contra la arbitrariedad y el despotismo de los poderosos que, como Pinochet, se sienten imbatibles hasta que el pueblo los enfrenta provocando el atávico terror que les inspira y por lo que desatan la peor violencia imaginable en su contra, es necesaria, es posible y de que finalmente es la explicación del cambio y las transformaciones.

No son las componendas, conocidas coloquialmente en la actualidad como “cocinas”; ni la presunta sabiduría de los expertos; ni tampoco la habilidad ni la muñeca de un dirigente o un grupo de dirigentes, los que lo hacen posible. El gesto de Eduardo Contreras; su práctica del derecho como instrumento de lucha a favor de la justicia y de la transformación, lo demuestran y va a perdurar como un ejemplo para las generaciones actuales y futuras de militantes de izquierda, de lo que la convicción, la voluntad y la defensa de los principios pueden. 

lunes, 20 de mayo de 2024

El aquelarre de la derecha


Francisco Goya. Lo que puede un sastre, de la serie Los caprichos. 1797-98 

 

Por estos días, el Presidente argentino, Javier Millei, volvió a hacer noticia con su singular estilo diplomático que consiste en repartir ofensas y acusaciones rimbombantes a sus colegas de izquierda de otros países de América y en este caso, al Presidente de España, Pedro Sánchez. Lo secundó en el medio local, en un tono más pacato aunque no por ello menos ofensivo y soez, el candidato de derecha a la Presidencia de la República José Kast. 

En el caso del argentino, en una parodia muy bien estudiada y diseñada, “afectando” incluso a la corona, primero ignorada en su visita a España y luego, en las declaraciones del vocero de Gobierno Manuel Adorni, atribuyéndole de modo escurridizo una influencia que solamente sobrevive como un anacronismo posible por los acuerdos que dieron origen a la transición española, pero ocultando las pretensiones restauradoras de sus anfitriones ultraconservadores de Vox y presumiendo declarativamente ese libertarismo de plástico que agita para la galería. 

¿Qué significado puede tener esta comedia? Si no fuera por la coyuntura política previa a las elecciones paneuropeas; la participación de varios líderes de la ultraderecha del viejo continente como Marine Le Pen, Víktor Orban y Giorgia Meloni e invitados de la derecha latinoamericana y Europa del Este, así como la reivindicación de la obra demoledora del derecho, las libertades y derechos de los argentinos y argentinas de Millei, se podría interpretar sólo como una maniobra propagandística.  

También los guiños indisimulados al referente del fascismo global Donald Trump; los furiosos discursos contra la inmigración; la comunidad LGBTQ; sus incomprensibles e irracionales diatribas en contra del socialismo y lo que llaman, demostrando su ignorancia y el oscurantismo de su pensamiento, la "ideología de género" dan cuenta de la vocación de poder y el significado histórico que tiene.

En efecto, el programa oscurantista, excluyente y autoritario de la ultraderecha reunida en España, es expresión de un fenómeno mucho más amplio y de repercusiones mucho más profundas que un par de titulares en la prensa de la semana.

El experimento libertario de Millei que tiene sumida a la Argentina en una profunda recesión, que en sus delirantes razonamientos ha sido el exitoso resultado del combate a la inflación, pavimenta el camino –tal como lo hizo Pinochet en Chile cuarenta años antes que él, y como intentó hacerlo Menem en los noventa con resultados desastrosos para el pueblo- a la reprimarización de su economía para terminar entregándola a un puñado de especuladores nacionales y extranjeros que van a vivir de las rentas.

Junto con ello, la destrucción del tejido social y particularmente de los sindicatos y el movimiento de trabajadores que, por cierto, es mucho más que las centrales actualmente existentes y uno de los factores que explican la democracia argentina, es uno de sus componentes fundamentales. También la persecución de la ciencia y el pensamiento, que usando como pretexto las necesidades y carencias del pueblo argentino, se expresa en brutales recortes a la educación pública, las universidades y la cultura también, además de su negacionismo de las violaciones a los Derechos Humanos.

Son todas necesidades de la obra refundacional de un neoliberalismmo agónico que en su debacle solamente encuentra en la destrucción de la democracia, el medioambiente y los derechos de los trabajadores, trabajadoras y el pueblo, su única forma de sobrevivir o al menos de garantizar el dominio del capital financiero y un par de ricachones que viven a expensas del resto de la sociedad, en todo el mundo y para lo que se juntaron en España y por lo cual aplauden a Millei.

Por eso, su discurso y propuestas tienen ese tono emocional, propagandístico hasta la demagogia; y esa característica de un esteticismo bravucón que le granjea epígonos en una audiencia embrutecida por los medios. No se puede esperar razonamientos ni lamentarse de la incapacidad de este neofascismo de reconocer acuerdos o “consensos” pues es su negación tanto en el plano del pensamiento como en el de la política práctica.

Acá en Chile, ya tienen a su representante y un programa que consiste en la destrucción de los pequeños avances que, contra su resistencia –la que ha contado con el oportuno y solapado auxilio de la derecha tradicional- ha logrado el pueblo. No hay que esperar muchas más pruebas -como las que espera Brunner-, para comenzar a enfrentarlo sin eufemismos.

martes, 14 de mayo de 2024

El mundo está cambiando y cambiará más

Peter Bruegel. El triunfo de la muerte. 1563



El capitalismo en su versión neoliberal, después de treinta años de aplicación más o menos ortodoxa, ha arrastrado a la humanidad a una crisis sin precedentes. La resolución que vaya a tener, puede ser tanto para profundizar sus efectos excluyentes y depredadores en función de garantizar las posiciones de dominio de una minoría codiciosa, egoísta y reaccionaria (lo que algunos incluso defienden sosteniendo la inevitabilidad de este sombrío futuro que daría origen a un renacimiento gracias a la tecnología y la IA a costa del resto de la humanidad); o bien a un mundo más humano,  más justo y basado en relaciones equilibradas y respetuosas de los hombres y mujeres entre sí y de estos con la naturaleza.

Uno de los efectos que el predominio del neoliberalismo en las últimas décadas, ha sido la adaptación de las condiciones de vida y de relacionamiento entre éstos, a las sostenidas por una ideología que afirma el egoísmo individual y la propiedad privada como la piedra filosofal que explica todo y en la que reside la solución de todos los males que la aquejan.

Es precisamente lo que hace que la derecha y los neoliberales en sus diferentes denominaciones, incluyendo algunos cuadros técnicos de la Concertación que escriben en El Libero y otros de sus medios, consideren sus explicaciones y sus propuestas como lo que se ajusta a la realidad y el sentido común. El resultado de esta actitud ha sido la irrupción de una moral intolerante, excluyente y violenta que considera la explotación, la desigualdad, las discriminaciones de diverso signo y la depredación de la naturaleza que caracterizan al modelo, como algo natural y a todo lo que sea distinto, como fantasías irrealizables.

Se trata de un neofascismo que ha avanzado en todo el mundo y también en Chile y que la derecha tradicional tanto como la nueva derecha desprendida de la concertación, consideran no más que como una opinión de las que disputan el sistema democrático. La coyuntura se caracteriza, pues, por la crisis a la que ha arrastrado a la humanidad el neoliberalismo y el surgimiento desde sus entrañas de una nueva forma de fascismo que la amenaza en forma inminente.

Entonces, una de las características de ésta es la amenaza permanente de la democracia que proviene del mismo sistema neoliberal, no una amenaza externa que pueda resolver a partir de sus mismas capacidades y de las potencialidades que podrían suponer todavía algunos de sus defensores. Como por ejemplo su quimérico concepto de libertad de elegir, o la presunción de que la competencia motivaría el crecimiento y el desarrollo o el mercado el florecimiento de la diversidad; o de que, a través de algunos ajustes o pequeñas reformas sumadas, algún día, surgiría una nueva sociedad.

También la guerra, el calentamiento global de la tierra; el hambre y las enfermedades que azotan a extensas legiones de seres humanos en todo el mundo, no tienen remedio a partir de sus recetas. Incluso el único o al menos el principal de los fines a los que aspira, y que presume ser precisamente la clave para la resolución de todos los anteriores, que es el crecimiento económico –obsesión dogmática de los economistas neoliberales y de las derechas en todo el mundo- tampoco lo es. Ni siquiera es suficiente como para garantizar las ganancias de todos los empresarios y dueños del capital, menos lo va a ser para resolver las carencias y necesidades de toda la sociedad.

La lucha por la democracia; contra la guerra; el hambre; el cambio climático y la defensa de los derechos humanos, incluidos los de las diversidades y la cultura, pasan por la derrota del neoliberalismo y la construcción de una nueva sociedad. La derecha y especialmente, la que proviene de la Concertación, acusa a las izquierdas de no tener una propuesta de nueva sociedad o de que su concepto del socialismo es vago, incompleto o confuso. Lo que pretenden con esta acusación en realidad, es simplemente ocultar su ignorancia; su indigencia de ideas como no sea la repetición de sus sempiternas recetas de privatización y ajuste.

Oculta el dogmatismo de sus posiciones y el que éste solamente es la última trinchera tras la cual defiende interés de clase; conservadurismo moral y posiciones de poder en la burocracia que se ha formado en la oscura área de colaboración público privada y en la academia en los últimos treinta años. Y al mismo tiempo, intenta desacreditar las aspiraciones de igualdad, auténtica libertad, justicia y trato digno al pueblo, a los pueblos de Chile.

Entre la  lucha por la democracia y la lucha por el socialismo, entonces, hay una evidente continuidad. De esta circunstancia se desprenden evidentemente tareas. La primera y más importante, hacer protagonista al pueblo, de diversas maneras, en la lucha electoral e institucional; a través de la movilización; a través de los partidos y las organizaciones sociales y ciudadanas; de su unidad social y política.

La radicalidad con la que las clases dominantes y los poderes constituidos han resistido todos los intentos de reforma en los últimos años, incluyendo el reciente proceso constituyente, son una demostración de que esta no será el producto espontáneo del devenir de los acontecimientos sino resultado de la ruptura con el orden de cosas predominante en la actualidad, para lo cual el pueblo debe prepararse.


jueves, 9 de mayo de 2024

Menos que un peo en un canasto

Honoré Daumier. El vientre legislativo. 1834



La propuesta de reforma al sistema político promovida por el senador socialista Alfonso De Urresti, no generó apoyos ni siquiera para ser discutida en la Comisión de Constitución del Senado, de la que es presidente. Ni en su partido, ni el resto de los que tienen representación parlamentaria, menos entre los que no la tienen. El propósito de la iniciativa, que contaba con la firma de parlamentarios de la UDI, RN y el PPD, en lugar de generar un clima de convergencia y acuerdo en el Congreso, logró lo contrario. 

Dejando a un lado a los que calculadora en mano se oponen a ella, la senadora Claudia Pascual ha señalado correctamente el sentido regresivo que la propuesta tiene, por cuanto restringe el pluralismo del sistema político; y también lo burocrático del razonamiento que hay tras ella, en la medida que por medio de una medida administrativa pretende negar la realidad, llegando al absurdo de que debieran sancionarla los mismos a los que pretende limitar. 

La realidad ya le ha dado un mentís archivándola hasta que haya mejor ánimo y votos para sacarla adelante, lo que va ser la razón para el muñequeo, las componendas y otras prácticas que son rechazadas por la población en la medida que no tienen que ver, como ha señalado la senadora Pascual, con sus demandas de pensiones decentes, salud y educación pública, mejores salarios y trato digno en el trabajo, el transporte público, la ciudad y los servicios.

Las conspiraciones palaciegas que se traman en el Congreso, poco tienen que ver con la sociedad real y por esa razón le son indiferentes, dejándolas en ridículo junto a sus autores, los que quedan como unos extravagantes. De esa circunstancia es perfectamente consciente JAK y su partido. Los que hoy en día parecen los outsiders en poco tiempo más podrían estar disputando efectivamente el protagonismo en los asuntos políticos y del Estado, como pasó en Argentina en las últimas elecciones. De ello, precisamente, da cuenta su intención reiteradamente declarada de competir en primera vuelta. 

Ha ninguneado una y otra vez a Evelyn Mathei y a los partidos que la apoyan, dejando en claro frente a la opinión pública, que no tiene nada que ver con ellos pero ocultando oportunamente la comunidad de objetivos; los valores clasistas y reaccionarios y la visión del Estado y la Sociedad que comparten. Lo suyo es un refrito de lugares comunes, sentido común y beatería que conecta muy bien con la sensiblería y el sensacionalismo de los medios. La fortaleza de la ultraderecha, como lo ha señalado muy agudamente la ex presidenta Bachelet. 

Esta indiferencia de la sociedad y la distancia sideral que la separa del sistema político, resultado de la aplicación por más de treinta años del sistema neoliberal, y que en el pasado le fue muy funcional, hoy en día se transforma en una bomba de tiempo; en la energía generada por las contradicciones de la sociedad, contenida por el sistema político y los medios de manipulación cultural de los que dispone, a punto de explotar permanentemente y buscando para ello los intersticios,las grietas por las cuales liberarse. Eso fue el 18 de octubre; también el resultado de las listas y candidatos independientes a la Convención Constitucional y en las últimas parlamentarias. 

Es muy improbable que este intento prospere. Las únicas reformas que podrían hacerlo son aquellas que democraticen efectivamente el sistema político. En este caso incluso, sólo si van acompañadas de efectivas reformas estructurales en el plano económico y social. Incluso sectores del empresariado son conscientes de la necesidad de introducir reformas al modelo económico para, primero, recuperar dinamismo porque el sector privado y los puros automatismos del mercado no son capaces ni lo serán de hacerlo y luego, darle algo de legitimidad al sistema político. 

Mejores salarios, restricción a las actividades privadas y recuperación de las capacidades y funciones del Estado en materia de provisión de servicios esenciales en los que el afán de lucro de los empresarios choca con el interés social y las necesidades de la población -y no sólo de los "vulnerables"-. La propuesta del senador De Urresti duró menos que un peo en un canasto. Es tal vez una oportunidad para repensar las urgencias que el país reclama.